viernes, 20 de enero de 2012

La caída de Megaupload



Esto es la guerra. El campo de batalla es nuestro idílico mundo de libertad e información sin límites, donde poco a poco son derribadas muchas de las ilusiones que con tiempo y esfuerzo hemos construido.


Internet sigue siendo nuestro, pero no podemos dejar que nos ganen terreno en la contienda. Debemos plantarles cara con convicción y firmeza. Sus armas son las leyes ambiguas y un puñado de reglas ineficientes, pero nosotros tenemos algo que ellos jamás podrán soñar a poseer... curiosidad. 


Esa curiosidad nos ha llevado a diseñar infinidad de herramientas con las que poder saltarnos sus precarias barreras y poder así darle a esta red el uso que se merece. Muchos de nosotros hemos aportado nuestro granito de arena de un modo u otro para que Internet sea lo que es hoy en día. No podemos permitir que nuestra obra sea mutilada por quienes no han sabido gestionar su propio mundo hundiéndonos en la precaria situación financiera en la que nos encontramos actualmente. 


Por este motivo hago un llamamiento a todos los hackers que crecieron en libertad, correteando por los interminables senderos de esta tierra salvaje. Debemos alzarnos en armas y llevar la batalla a sus casas. Debemos destruir sus monumentos, derribar sus precarias construcciones y sembrar sus campos de sal. Solo entonces comprenderán que atentar contra la libertad de nuestra tierra tiene importantes consecuencias que no pueden desestimar. 


Luchemos juntos y no habrá fuerza política o empresarial que pueda mirarnos a los ojos sin echarse a temblar.