jueves, 12 de octubre de 2017

Capítulo 2 de mi libro

  En una oscura habitación, fuertemente custodiada por un insondable silencio, se hallaba un hombre cómodamente sentado, tecleando frenéticamente un sinfín de códigos ininteligibles. Su vista saltaba alternativamente entre tres amplias pantallas que, suspendidas misteriosamente en el aire y combadas hacia fuera, mostraban ventanas de comandos, imágenes de la ciudad y diversos gráficos estadísticos. Se encontraba completamente absorto en su labor, mientras las ventanas aparecían y desaparecían en cada una de las tres pantallas. De vez en cuando se detenía bruscamente, estrechando su mirada en busca de algo inconcreto, para poco después reanudar las rápidas pulsaciones del teclado.
  Una voz femenina, que provenía de un lugar indeterminado de la habitación, habló con un tono sensual, que nada hacía sospechar que no proviniese de un ser humano.
  –Señor, tiene una comunicación entrante. Es Norman –dijo la voz.
  -Gracias Sarah.
En la pantalla central se abrió una nueva ventana, superponiéndose tridimensionalmente a las demás. Apareció la cara de un hombre, completamente surcada de cicatrices, mirando al frente con seriedad.
  -¿Ha ido todo bien Norman? –preguntó el hombre desde las sombras.
  -Perfectamente –contestó Norman -.He colocado el localizador sin problemas –sonrió-. Y me he asegurado de que no sospechara nada.
  -Intuyo que no le habrá explicado dónde pensaba dirigirse, ¿me equivoco?
  -Me ha dicho que tenía cosas que hacer en la superficie, pero no me ha dado más detalles.
  -Ya veo. No es propio de ella desvelar sus intenciones. –Tecleó rápidamente en el terminal que tenía ante él-. Ya la he localizado –dijo mientras aparecía una nueva imagen a su derecha-. Ha hecho un buen trabajo. Le felicito.
  -Gracias, para eso estamos –contestó mostrando una amplia sonrisa.
  -Manténgase alerta, es altamente probable que pronto necesite sus servicios de nuevo.
  -Sin problema. Cambio y corto. –La cara desapareció repentinamente.
  Las pulsaciones reanudaron su cadencia en la agobiante oscuridad. Las pantallas se poblaron de imágenes, mostrando varios planos de una zona específica de la ciudad. El hombre, que tecleaba persistentemente, de pronto se detuvo, a la par que su vista se centraba en una imagen muy concreta. En ella, una preciosa joven bien proporcionada caminaba resueltamente. Según su ubicación, bordeando la Sede de Traslación.
  Tecleó varias sentencias más y la imagen se deslizó rápidamente al monitor central, ocupándolo completamente. A medida que pulsaba las teclas, fueron apareciendo en las pantallas laterales las distintas destinaciones posibles y las diversas medidas de seguridad disponibles.
  Fijó de nuevo su atención en la pantalla central. Repentinamente, un Meka se interpuso en el camino de la chica que intentaba acceder al edificio. Se quedó momentáneamente paralizado al ver que de su mano surgía un poderoso relámpago, chamuscando los circuitos del androide con rapidez.

  Se detuvo brevemente a reflexionar mientras el monitor registraba la imagen de la joven desapareciendo rápidamente en el interior del edificio. Pulsó varias teclas más y se acomodó en su asiento, con la mirada fija en la pantalla central.

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